Relación entre la inflamación del sistema inmune y los alimentos

La inflamación es uno de los grandes enemigos de nuestra salud en el siglo XXI, junto al estrés y la obesidad, están íntimamente relacionados con la mayoría de las enfermedades que sufrimos hoy en día.

Aunque no la podamos ver o incluso “sentir”, la inflamación crónica está presente en las enfermedades cardiovasculares, Diabetes, trastornos autoinmunes, enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson y otras.

Para combatir la inflamación, lo primero que necesitamos hacer es mejorar nuestra alimentación, ¿por qué la alimentación? Porque todo lo que comemos puede generar una respuesta inmune positiva o negativa en nuestra cuerpo.

En Nutriwhite una de nuestras premisas fundamentales es: “somos lo que comemos” y no sólo somos lo que comemos, sino que realmente somos lo que logramos digerir.

Es por ello que, en este artículo, te contaremos cómo se relaciona la alimentación con nuestra salud y el sistema inmunitario.

¿Qué es la inflamación?

La inflamación es una respuesta de defensa frente a la presencia de un agente o elemento que se considera extraño o una posible amenaza.

Los glóbulos blancos son los encargados de identificar la amenaza, que puede ser alguna infección (virus, bacterias, etc), pero también puede considerar como enemigos a alimentos o  sustancias químicas. 

Podemos ver el proceso inflamatorio como una alarma de incendio que pone al organismo en alerta. Este mecanismo de defensa tiene un papel importante en nuestro organismo porque permite 2 grandes trabajos: 1. Eliminar al enemigo y 2. Sanar el tejido dañado por el enemigo.

La inflamación puede ser aguda o crónica, dependiendo de cuánto tiempo se mantenga la inflamación activa. En la inflamación aguda, aparecen los síntomas más característicos como lo son: enrojecimiento, calor, dolor e hinchazón en la zona del cuerpo afectada. 

Por ejemplo, cuando te cortas, alrededor de la herida se puede hinchar y poner de color rojo porque allí el sistema de defensa está actuando para sanar la herida.

Cuando el enemigo o amenaza se puede neutralizar en poco tiempo, la respuesta inflamatoria se considera aguda, porque se resuelve rápido y el organismo vuelve a su estado “normal” se vuelve a un estado basal. 

El problema de hoy en día es que la inflamación en vez de ser aguda, termina siendo una inflamación crónica, por eso favorece a la aparición y progresión de la mayoría de las enfermedades.

¿Por qué ocurre la inflamación crónica?

Ocurre cuando el agente causal o enemigo no ha podido ser eliminado por completo o porque nos exponemos constantemente a ese enemigo, por lo tanto el proceso de inflamación se extiende a lo largo del tiempo. 

Esta inflamación crónica, se considera de bajo grado, porque es constante, no se puede percibir fácilmente y genera cambios en el metabolismo del cuerpo.

Al mantenerse por tiempo prolongado, estos cambios terminan causando daños a tejidos o células de nuestro propio cuerpo.

Si constantemente comemos un alimento que nuestro cuerpo considere como enemigo, si no curamos adecuadamente una infección o si trabajamos o vivimos en ambientes tóxicos, esa presencia constante ante el enemigo favorece la inflamación crónica.

¿Cuál es la relación entre la inflamación y el sistema inmunitario?

Recordemos que el sistema inmunitario es el encargado de defender al cuerpo de los enemigos, esto lo hace a través de diversos mecanismo o acciones.

La principal respuesta inmunitaria es la inflamación. Esta respuesta, como cualquier respuesta de defensa, depende de “soldados” y “armas”.

Los “soldados” o  células inmunitarias  pueden ser: linfocitos T o células T, linfocitos B, mastocitos, eosinófilos, entre otros.

Entre las “armas” más importantes que utiliza el sistema inmune se encuentran: histaminas, radicales libres, prostaglandinas, interleucina, etc.

No hace falta aprenderse estos nombres, pero sí entender que existen varios soldados o líneas de defensa y diversas armas, unas más “fuertes” que otras.

Enfermedades relacionadas con la inflamación 

Un ejemplo claro de ello son las alergias, en la cual el organismo reconoce un estímulo, que para otros puede ser inofensivo, como el maní, los mariscos o el polvo, como si fuese algo dañino que activa inmediatamente una respuesta inmunológica.

Otra forma fácil de reconocer que en un síntoma o enfermedad hay inflamación es que termine en “itis”: rinitis, dermatitis, gastritis, etc.

Esto significa que puede estar asociada o causada por una inflamación excesiva.

Esta inflamación empieza a dañar los tejidos y dejan de hacer sus principales funciones de manera adecuada o pueden generar molestias como dolor.

Por otro lado tenemos a las enfermedades autoinmunes, que se caracterizan por un estado de inflamación crónica donde las células de defensa del organismo empiezan a reconocer a células propias como si fuesen una amenaza.

¿Por qué aparecen las enfermedades autoinmunes?

En este sentido, el cuerpo se empieza a “atacar a sí mismo”, pero no es que el sistema inmune se “volvió loco” es que empieza a ocurrir una confusión.

Por la presencia constante de un enemigo,  empieza a reconocer estructuras “similares” también como enemigo y por eso lo que es propio, como por ej. Células del intestino, las empieza a atacar.

Esto termina causando daños en tejidos y sistemas que originan una enfermedad o trastornos autoinmunitarios.

Entre los más conocidos están la Artritis reumatoide, Lupus, Celiaquía, Enfermedad de Crohn, etc.

También existen muchas enfermedades que pueden tener un origen o componente autoinmune como Tiroiditis de Hashimoto (la forma más frecuente de hipotiroidismo), Psoriasis, algunos tipos de Diabetes, etc.

Por eso es tan importante que frente a estas enfermedades el seguimiento también lo haga un especialista en inmunología.

¿Desde dónde se produce la inflamación?

Para entender desde dónde se produce la inflamación, necesitamos reconocer cuál es el principal órgano del sistema inmune y este es el intestino.

Sí, es el intestino su hogar principal, allí se encuentra el mayor cantidad de tejido linfoide o células de defensa.

A pesar de que el intestino sea un órgano del sistema digestivo y sea la médula ósea el órgano donde se originan o producen las células de defensa, es en el intestino donde viven la mayoría. La médula ósea es la “fábrica”, pero el intestino es su “cuartel general”.

Por eso, todo lo que ocurre en el intestino puede activar fácilmente una respuesta inmunitaria.

El intestino es la gran barrera de defensa del cuerpo, todo lo que comemos o ingerimos son elementos externos, que el sistema digestivo procesa y el intestino junto al sistema inmune tiene que decidir qué puede entrar y qué no.

Además, en el intestino también vive la mayor microbiota de nuestro cuerpo, es decir, millones de microorganismos, buenos y  malos, viven en el intestino.

Por eso, es uno de los sitios más frecuentes donde se origina la inflamación y se produce el síndrome del intestino permeable.

¿Cómo se relaciona la alimentación con la respuesta inflamatoria?

Los alimentos suelen ser los desencadenantes más frecuentes de una reacción inflamatoria.

Esto sucede porque hoy en día, tenemos una alimentación: alta en ultraprocesados, alimentos difíciles de digerir y alimentos que genéticamente el cuerpo puede considerar inflamatorios. 

Una mala digestión, la presencia de alergias, sensibilidades o intolerancias alimentarias, alteración en la microbiota, entre otros factores, favorecen que partículas de los alimentos que consumimos sean consideradas como enemigos. 

Para realmente tratar a la inflamación crónica con la que vivimos hoy en día, es importante ir a la raíz del problema: sanar el intestino permeable y llevar una alimentación antiinflamatoria específica para cada uno.

Todo eso lo podemos lograr cuando llevamos un estilo de vida basado en inmunonutrición.

 ¿Qué es la inmunonutrición? 

Cuando hablamos de inmunonutrición nos referimos a la relación que tiene lo que comemos con la respuesta de nuestro sistema inmune y viceversa. 

Los alimentos pueden tener componentes que generan inflamación, pero también otros que son antiinflamatorios.

Por ej, el gluten es una proteínas de los alimentos que es inflamatorias para la mayoría de las personas. Por otro lado, la vitamina D es un nutriente esencial para regular la inflamación.

En este sentido, en NutriWhite contamos con el protocolo de las 3R que se basa en:

• Remover los alimentos que te pueden hacer daño
• Reponer con los alimentos que digieras bien y sean ricos en nutrientes.
• Recuperar la salud del intestino y disminuir la inflamación.

Descubre cómo una alimentación adecuada puede fortalecer y prevenir inflamaciones crónicas. Agenda hoy tu consulta con nuestros expertos en nutrición para fortalecer el sistema inmunológico y comienza a cuidar de tu salud desde adentro.